Cruce de los Andes: Día 1

Diario de viaje de un grupo de chacabuquenses que realizaron el cruce de los andes.

El día 23 de febrero comenzó esta aventura para un grupo de vecinos de Chacabuco conformado por: Ignacio Aprile, Mariano Nieto, Joaquín Scocco, Maxi De Bello, Leo Quiroga, Silvina Belingueres, Rosana Peralta y Milena Goddard.

Los viajeros compartieron con Chacabuco en Red su diario de viaje y espectaculares fotos que lo ilustran. Iremos subiendo día por día esta apasionante aventura.

Día 1 – Arranca la Travesía!

El día arrancó temprano para mí. A las 6.15 am ya estaba arriba. Aunque no era necesario levantarse tan temprano, el calor agobiante de la habitación y los ruidos de la calle provenientes del casino que teníamos enfrente me sacaron de la cama antes de lo planeado. Ducha para combatir el calor y a preparar la mochila.

El cielo gris y una llovizna no son el despertar ideal para un día de travesía, pero se agradece la tregua que da el calor.

Mochila lista y a desayunar. El resto del equipo comienza a dar señales de vida y por los comentarios se advierte que nadie durmió del todo bien.

10.30 am parte el micro que nos llevará desde Mendoza a Tunuyán. El día anterior ya habíamos comprado los pasajes. A las 10am ya estamos en la terminal (ansiosos?) y después de una hora de viaje arribamos a destino. Café de por medio y algo para picar nos ayudan a matar el tiempo de espera que tenemos hasta que llegue Martín y el transfer que nos llevará hasta el refugio de gendarmería, punto de partida de la travesía. Son las 13 hs cuando al fin subimos a la combi.

Ricardo (el chofer) va contando datos interesantes de la zona mientras maneja. Después de una parada obligada en el manzano histórico (lugar donde se cree que descansó el general San Martín tras su regreso de la campaña a Chile) llegamos al refugio Portinari, que pertenece a Gendarmería. Trámites aduaneros y migratorios son obligatorios y por suerte no nos demandan demasiado tiempo. Los arrieros que llevarán parte del equipo ya están en el lugar así que acomodamos todo y listo, ya estamos en marcha. Parece mentira, pero ha comenzado la travesía!

El cielo continua gris y las nubes corren a gran velocidad. El pronóstico anunciaba un día así y luego tendíamos buen clima el resto de los días. El paisaje nos atrapa. Los colores y los contrastes nos hacen parar varias veces para sacar fotos. El ritmo de marcha es tranquilo, la subida es constante pero no presenta mucho desnivel. Hemos partido de los 2500 msnm y vamos a alcanzar los 3100 msnm al finalizar el día.  Caminamos siempre junto al río y después de unas 3 horas de marcha llegamos a destino, el refugio Scaravelli, o también conocido como “Real de la Mula Muerta”. Es una pequeña construcción que cuenta con un lugar para cocinar, fogón, baño y dos habitaciones. Parece poco, pero en medio de la montaña eso es un verdadero lujo.

Atrás quedó el calor de la ciudad. Cuando el sol se va el frío se hace sentir. Ya abrigados nos metemos en el refugio y los mates no tardan en llegar. La picada acompaña y la música también.

Habíamos arreglado con los arrieros para dormir en el refugio, así que no hizo falta armar las carpas. Cerca de las 22.30 el guiso estaba listo. Afuera las nubes ya eran parte del pasado y el cielo se presentaba cubierto de estrellas. Después de comer salimos un rato a disfrutar de la vista.

A la medianoche ya solo se escuchaba el ruido del agua y los animales. Todo el mundo durmiendo (o intentando dormir). Merecido descanso para el cuerpo, que sabe que esto recién comienza.

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